El staff de Colación comparte sus percepciones sobre el año que termina y sobre el que viene.
Christian Díaz
- @cadfl
El 2020 provocó una cantidad de emociones en todo el mundo. En medio de la incertidumbre hubo pequeñas luces que hacían parecer, a este año, uno no tan nefasto. Desde consumirse revisando las redes sociales o indignarse con los noticieros, hasta compartir post optimistas, memes y aprender a moverse en TikTok. Este año nos obligó a todos nosotros, o casi, a aprender un montón de cosas. Tener un nuevo hobby o descubrirse a uno mismo en el tiempo que pasamos encerrados, hasta plantearse un -totalmente- diferente estilo de vida con mira hacia “cuando todo esto se acabe”.
Y gracias a la percepción que tiene la humanidad sobre el tiempo, podemos decir que finalmente se acaba. No la pandemia, ni la crisis ni los problemas personales. Por fin se acaba el 2020. La Tierra cumple nuevamente su ciclo de 365 días que tarda en moverse alrededor del sol. Aunque esto no significa nada -y realmente da lo mismo- nos afecta y nos encuentra a todos en distintos momentos de nuestras vidas. El 2021, para muchos, representa un nuevo comienzo; para otros es más de lo mismo. Sin embargo, estoy seguro que todos estamos de acuerdo en que ya era hora de mandar a la mierda al 2020, aún sabiendo que todo seguirá relativamente igual.
Con el Staff de Revista Colación decidimos que el último contenido a publicarse este año debe ser cómo nos sentimos con respecto al año que viene. Creo que, como lector, podrías identificarte con sus opiniones, tanto como discrepar con ellas. Pero estábamos seguros que, en vez de un resumen del año que acaba, queríamos proyectar las emociones desde donde nos agarra el 2021. Para mí, como editor, fue un gusto leer lo que mis amigos tenían que decir. Sus textos son personales, cargados de ideas y ambiciones que no se expresan tan a viva voz en las conversaciones cotidianas, pero se guardan adentro como contingencia para superar momentos duros, como los que ya vivimos. Seguro disfrutarán estos testimonios como los disfruté yo. Que el 2021 sea mejor para todos.
Ángel Serrano
2020 tuvo muchos cambios tanto en mi vida personal, como a nivel mundial. Por suerte, todas las personas cercanas a mí también tuvieron un año tranquilo. Creo que en 2021 por fin demostraré el máximo potencial que me ha dado miedo tocar, por pensar en el fracaso o qué sé yo.
El próximo año tendrá más o menos el mismo contexto: toda la pipol con mascarillas, gente respetando el distanciamiento y las medidas, mientras a otras ya les vale 3 hectáreas de cemento. Creo que será un año donde cada persona buscará ser lo mejor de sí mismo o simplemente aceptarán la rutina y pondrán excusas hasta que llegue el 2022.
Será un año donde tengo grandes proyectos en mente. Hace algún tiempo aprendí que equivocarse no tiene nada de malo, pero creo que no lo he aplicado tanto en mi vida. Haré un millón de cosas (todas con mi 130 %) y veamos cuáles son los resultados que saldrán. Solo espero que mis friens, mi family y la pipol que quiero sigan bien y sin problema alguno.
2021 es el primer año donde me propondré metas. Siempre me pareció muy cliché, pero creo que ha llegado el momento de enfocarme al 100 % en mi futuro.
Mia Carrera Sabelly
¡El 2021 es mi año! Vaya, si suena bien raro… Cómo no va a sonar raro con tantos cambios que dejó el 2020.
Siento que es momento de planear las cosas con una opción B, aunque no tenía ni opción A, al principio de este año. Sea como sea, gracias a ti, 2020, pude ponerme a mí misma como opción A, como opción B, como opción C y como opción de todas las letras del abecedario. Con gusto puedo decir que el 2021 lo construiré yo: con mis antojos, mis expectativas, mis deseos. No por cumplir estereotipos de lo que debería hacer una chica de 22 años, sino por lo que quiero y necesito hacer.
No será nada fácil adentrarse en un nuevo año viviendo la famosa “nueva normalidad”, pero... como que ya me estoy acostumbrando, hasta me pongo la mascarilla combinada con mis outfits.
Se viene otra historia que contar, se viene un año con muchas dudas, pero con muchas ganas de mejorar o, al menos, eso quiero pensar yo. ¡Felices Fiestas!
Joffre Vélez
2020 me quitó el futuro. En este año cada vez que planifiqué algo, las condiciones arruinaron esos planes. Por otro lado, este debe haber sido de los peores años para ser ecuatoriano, cuando te roban con el sistema de salud en medio de una emergencia sanitaria global, pierdes toda la esperanza de que las cosas puedan mejorar; además la crisis económica empeoró; socialmente, la polarización y la desidia crecen y para rematar en el primer tercio del año que viene, tenemos elecciones generales.
No puedo dejar de sentirme desesperanzado respecto al año próximo. El sistema de partidos y la ley electoral han creado un escenario catastrófico para el cuatrienio próximo; estas elecciones garantizarán la falta de gobernabilidad, que en este país suele ser un cultivo para la corrupción. Entre 16 candidaturas, auspiciadas por partidos sin estructura ni representatividad no hay proyectos serios de institucionalización y desarrollo nacional, solo una continuación de este juego de revanchas y caudillismos que tanto daño han provocado al país. No espero mucho de 2021, ni del futuro que este país tiene por delante.
Paúl Guacapiña
El año 2020 me dio un recordatorio, a la brava, de lo vulnerable que es la humanidad. Aunque pensaba que lo sabíamos, la burbuja que nos crea la ciudad, los servicios, la dicha de tener padres que te reciban con un plato caliente, lo fácil que resulta no tener estabilidad económica por tener la fortuna de nacer en un hogar como pocos en este país, la vida citadina en sí misma nos aleja de lo crudo que resulta la realidad, de lo difícil que es enfrentarse a un mundo hostil, que nunca dejó de serlo solo que vivíamos en esta burbuja que nos daba un sabor a ser invulnerables.
Ahora más que nunca pude sentir que es una comunidad, y hablo de sentir como un paso más allá del conocimiento sobre teoría que sustenta e incluso presenta como obvia la conducta gregaria del ser humano.
Y creo que es un momento clave para la humanidad reflexionar sobre lo invisibilizado o infravalorado que representa hablar de cooperación en estos tiempos. Y ahora más que nunca existe la oportunidad de entender lo valioso que resulta cada persona como agente de esta sociedad, empezando con los más obvios en una crisis sanitaria como son los médicos, enfermeros, pero también de nuestros campesinos quienes proveen del suficiente volumen de alimento para que nos podamos comer un mango, de los grandes, a 50 centavos; de quienes distribuyen esos alimentos y de quienes sostienen empleos para generar el carrusel de la economía y no tengamos que salir a exponernos sin que sea estrictamente necesario.
Todos esos pensamientos venían a mi cabeza cuando vivíamos el privilegio de vivir una cuarentena. Nuestro ingenio para distribuir los roles en nuestra sociedad nos lo permitió, aunque no para la mayoría, y estoy seguro que en esta última declaración radica la misión de un 2021 donde esta fortuna de nacer en condiciones dignas sea la realidad de muchos más el año que viene.

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